Reseña N° 2
El rol del profesor en
la educación virtual: Nuevos desafíos.
Mauri,
Teresa y Onrubia Javier. “EL PROFESOR EN ENTORNOS VIRTUALES: CONDICIONES,
PERFIL Y COMPETENCIAS”. En Coll, César y Monereo, Carles. “Psicología de la educación virtual”. Capítulo V .Colección: Psicología
manuales (2008). Edición libro de Editorial Morata.
Introducción
El citado texto corresponde al capítulo V del libro Psicología de la educación virtual
escrito por César Coll y Monereo Carles.
En el mismo se realiza una caracterización completa del perfil que debe reunir
un profesor para lograr desempeñar un rol efectivo en la enseñanza en entornos
virtuales teniendo en cuenta la vinculación que debe desarrollar con la
tecnología y el logro de ciertas competencias que le permitan ejercer su
función de mediador para guiar la construcción de procesos de aprendizaje
eficaces.
A lo largo del capítulo se describen los aportes de distintos
autores en materia de cómo lograr ese desarrollo efectivo de competencias en
los profesores y sus distintas intervenciones tanto en la búsqueda y selección
de fuentes de información, como así también en la elaboración de actividades
que promuevan el aprendizaje significativo, la evaluación del propio
aprendizaje y el ejercicio del rol docente en el entorno virtual propiamente
dicho. Mauri y Onrubia cotejan la postura de dos autores centrales Salmon y
Berge, quienes describen las actuaciones que el profesor debe tener en su papel
de e-moderador como promotor y
mediador de los procesos de construcción de conocimiento incluyendo dimensiones
pedagógicas, sociales, emocionales y afectivas, de organización y gestión y de
carácter técnico para el desarrollo de alumnos competentes.
Resumen del artículo
La incorporación de las TIC en el campo educativo implica para el
profesorado comprender una nueva cultura de aprendizaje que de acuerdo ADELL,
1997; COLL y MARTÍ, 2001; SALINAS y AGUADED, 2004; Pozo, 2006 se caracteriza
por tres rasgos básicos:
1. Lo que los estudiantes necesitan de la educación: Organización de la información para
dotarla de significado y sentido para el logro de capacidades que les permitan
enfrentar los retos que la sociedad les depara.
2. Aprendizaje y formación permanente a lo largo de la vida de las personas: Esto genera la proliferación de
nuevas ofertas educativas para fomentar en los estudiantes capacidades de
gestión de aprendizajes, conocimiento y formación.
3. Diversidad de perspectivas culturales e interpretaciones múltiples de la
información: Lo cual
conlleva a la necesidad de construir un juicio crítico bien fundado basado en
la relatividad de las teorías y la incertidumbre del conocimiento.
Todo esto interpela el rol tradicional de la escuela, sus
formatos y métodos de enseñanza y aprendizaje incrementándose así las ofertas
educativas formales e informales. Por ello, la aparición de entornos virtuales
o de carácter híbrido “blended learning”, se abren espacio constituyendo un
esfuerzo importante para el colectivo de profesores por la cantidad, calidad y
rapidez de los cambios. Dichos cambios exigen dos cuestiones básicas: una nueva concepción de la enseñanza y el
aprendizaje basado en la dimensión tecnológica y por otro lado, el desarrollo de competencias, perfil y
capacidades en los profesores.
Concebir la enseñanza y el aprendizaje basado en la dimensión
tecnológica vincula el rendimiento de los alumnos directamente con la
introducción de las tecnologías, lo cual puede interpretarse de acuerdo a tres
esquemas diferentes:
1. Posibilidades globales que ofrece la tecnología: El rendimiento de los alumnos no se
verá afectado por la mera introducción de las TIC o en el dominio per se de las mismas, sino que el docente
cumple un rol clave para guiar al estudiante lo cual le exige una buena
vinculación con la tecnología integrándola a sus contextos de práctica y el
reconocimiento del curriculum oculto de las TIC y sus implicancias en la vida
cotidiana.
2. Nuevas posibilidades de acceso a la información que ofrece la tecnología: Los resultados del aprendizaje son
atribuibles al acceso a la información que brindan las TIC. Por ello es
importante que el alumno domine sus singularidades y lenguaje específico, para
lo cual el docente deberá desarrollar competencias profesionales relacionadas
con la búsqueda, gestión y almacenamiento de nueva información y también con
competencias relacionadas al alumno para enseñarle a explorar la información,
seleccionar con discernimiento lógico, inferir consecuencias, sacar
conclusiones y organizar la información de acuerdo a distintos contextos a fin
de poder acceder al aprendizaje.
3. Posibilidad de elaboración de nuevos materiales y metodologías que
permite la tecnología:
El profesor actúa aquí como diseñador de propuestas de aprendizaje de calidad
aprovechando las posibilidades que ofrecen las TIC. Puede trabajar en
colaboración con otros profesionales como diagramadores o diseñadores para
crear herramientas y recursos de valor pedagógico. Se requiere entonces que el
profesor desarrolle competencias para la búsqueda y creación de nuevos
recursos, diseñar materiales utilizando las TIC, integrar los materiales al
curriculum que ofrece la institución e ir favoreciendo la revisión de los
contenidos curriculares en función a los avances en la sociedad y el
conocimiento.
La concepción de la enseñanza y el aprendizaje en entornos
virtuales centrada en la construcción de conocimiento se basa en comprender que
existe una vinculación entre el docente y el alumno mediada por las TIC, lo
cual implica analizar:
1. La actividad mental constructiva del alumno mediada por las TIC y
orientada a dotar de significado a los contenidos de aprendizaje: Para caracterizar el papel del
profesor hay que atender a la actividad del alumno como protagonista y
responsable del aprendizaje mediado por las TIC. Ello implica que el profesor
facilite al alumno los medios de acceso para la exploración y construcción de
contextos de aprendizaje dando como resultado la reorganización de las
funciones cognitivas. El profesor en su papel de asesor o consultor debe desarrollar competencias como:
el diseño de contenidos y tareas que generen una actividad constructiva en el
alumno de manera individual, crear espacios de asesoramiento y consulta,
garantizar la implicación y continuidad del proceso de aprendizaje, facilitar
al alumno el acceso, uso, exploración y comprensión de formatos hipertexto e hipermedia y promover
el uso de herramientas de consulta y asesoramiento.
2. El alumno como entidad en la que tienen lugar procesos psicológicos de
naturaleza diversa: El
desarrollo de procesos de aprendizaje en entornos virtuales implica no sólo
dimensiones cognitivas, sino también afectivas y metacognitivas o de
autorregulación. Cada alumno aprende de manera individualizada y es
protagonista de su propio aprendizaje.
El
profesor, en su rol de tutor u orientador, debe desarrollar competencias para
acompañar el proceso de aprendizaje del alumno y sus diferentes grados de
implicación en el proceso para diseñar propuestas vinculadas a intereses
particulares a fin de generar motivación y activar el conocimiento previo
desarrollando la autorregulación. Se añaden para la retroalimentación, revisión
del propio trabajo y autoevalución continua. Para ello el profesor debe ser un
buen comunicador para promover el aprendizaje estratégico y utilizar
herramientas tecnológicas para orientar, seguir y guiar al alumno hacia la
apropiación del contenido.
3. El aprendizaje como resultado de un proceso
constructivo de naturaleza interactiva, social y cultural: Los resultados
del aprendizaje se deben a la implicancia entre el profesor y el alumno en el
cual media el contenido (Triángulo
interactivo Coll, 2001). Desde esta visión constructivista y sociocultural,
existe un proceso complejo (interactividad) entre la actividad mental del
sujeto que aprende, la naturaleza del contenido de enseñanza y aprendizaje y la
ayuda que el profesor le brinda al alumno en el proceso de construcción de
significados y atribución de sentidos a los contenidos de aprendizaje.
Autores como GARRISON y ANDERSON, 2003; HIRUMI, 2002;
MUIRHEAD y JUWAH, 2004; YACCI, 2000 consideran la actividad conjunta como un
fenómeno complejo, multifacético y crítico para promocionar e incrementar el
aprendizaje efectivo. YACCI (2000) pone énfasis en la necesidad de estudiar la
interacción virtual desde una perspectiva comunicativa. HIRUMI (2002) sintetiza
las diferentes aportaciones categorizando la interacción en contextos virtuales
como fundamento de la comunicación, de lo social, del papel del docente, del
uso de las herramientas de telecomunicación y de la actividad (andamiajes
adecuados). Tomando en consideración esta perspectiva del proceso de enseñanza
y aprendizaje, se ha caracterizado en ocasiones el papel del profesor en la
interacción virtual como de moderador (SALMON, 2002; BERGE, 2000) o facilitador
(COLLISON y cols., 2000; BERGE, 1995). Dicha mediación, que el profesor lleva a
cabo apoyándose en las TIC, se entiende como la capacidad del profesor para proporcionar ayudas.
PAULSEN (1992) sugiere que la propuesta instruccional virtual
ofrece posibilidades de manejo del tiempo de interacción (asincrónico/
sincrónico), del espacio (virtual) y del ritmo de participación (personalizado)
que pueden tener un impacto muy relevante en la interacción y en la actividad
conjunta. Según PAULSEN, entre las competencias del profesor virtual está la de
velar para que la propuesta instruccional sea respetuosa, por una parte con las
condiciones de participación de los alumnos, la diversidad de necesidades, de
intereses y de conocimientos previos. MOORE (1996) refiere el concepto de
distancia transaccional o “distancia que existe en las relaciones educativas para
poner de manifiesto hasta qué punto están vinculados el grado de flexibilidad o
de estructuración del diseño de la propuesta educativa y las posibilidades de
comunicación. FAINHOLC, 2000 señala la diferencia entre conectividad tecnológica
e interactividad pedagógica, ya que ésta última se centra en la distribución de
ayudas educativas ajustadas. Para favorecer el acceso del alumno al contenido
de aprendizaje, tan importante es la infraestructura tecnológica como el diseño
didáctico de los contextos de mediación.
SALMON (2002) propone un modelo en cinco fases para apoyar a
los moderadores en la creación, mantenimiento y desarrollo de cursos virtuales.
En su propuesta, el profesor se entiende como un e-moderador de la construcción
del conocimiento por el alumno. El rol del e- moderador es el de diseñador,
promotor y mediador del aprendizaje, ha
de formarse para ser capaz de comunicarse mediante textos escritos en pantalla,
lo que constituye todo un género comunicativo y discursivo en sí mismo. Según
su propuesta, el factor clave para una formación en línea activa es la
“e-actividad o estructura para la formación en línea activa o interactiva ya
que son motivadoras y están basadas en la interacción entre participantes, diseñadas
y guiadas por un e-moderador, son asincrónicas,
baratas y, normalmente, son fáciles de organizar a través de tablones de
anuncios, foros y conferencias. El modelo de SALMON muestra una estructura de
aprendizaje andamiado por las ayudas que el profesor ofrece a los participantes
en cada fase, de manera que éstos se benefician de la progresiva adquisición de
confianza en el trabajo en red y en la formación en línea. Sus fases son:
1. Acceso y motivación: da la bienvenida, comodidad y promueve la seguridad emocional y social.
2. Socialización en línea: crea sentido de pertenencia y normas de respeto.
3. Intercambio de información: fomenta el intercambio, asigna tareas individuales y
grupales y la creación de materiales.
4. Construcción del conocimiento: propone retos reales y abordables y el análisis crítico de
la información para el desarrollo de argumentos.
5. Desarrollo:
realza la reflexión de cada participante. Apoya el propio aprendizaje y el del
curso.
Según BERGE, 1995; BERGE y COLLINS, 2000, el papel del
e-moderador involucra nueve características:
1. Administrador:
Mantiene la lista de alumnos al día.
2. Facilitador:
Se relaciona de manera amistosa y agradable.
3. Bombero: Evita
el desarrollo de conflictos.
4. Soporte:
Muestra paciencia y empatía con los participantes.
5. Agente de Marketing: Promociona su lista y busca ampliarla.
6. Líder de la discusión: Promueve el debate.
7. Filtro:
Orienta a los participantes sobre el tema principal.
8. Experto:
Realiza contribuciones sobre los temas de debate.
9. Editor: Edita
textos, gráficos y corrige gramática.
El profesor cambia su rol tradicional de orador, de acuerdo a
Berge, por el de consultor /guía, se muestra experto pero no da respuestas,
anima al alumno a la gestión y autorregulación de sus aprendizajes, valora a
los estudiantes como aprendices de por vida y desarrolla su tarea en equipo
colaborativo de profesionales.
En cuanto al segundo punto de análisis del texto, las competencias generales de los profesores
virtuales, los autores primero definen el término competencia como “los diferentes conocimientos imprescindibles que
se requieren para llevar a cabo actividades relevantes y significativas en
contextos variados y funcionales, de
interés para una comunidad de práctica”. Como señala PERRENOUD (2004), “La
competencia se refiere a sistemas complejos de acción que engloban
conocimientos y componentes tanto cognitivos como no cognitivos. El estar en
posesión de diferentes tipos de conocimientos es una condición necesaria de la
caracterización de la competencia, pero no suficiente. Ésta se complementa holísticamente
con la posibilidad de utilizar esos conocimientos para actuar de forma
consciente en contextos”.
Las competencias se clasifican en generales y específicas.
Las primeras son más amplias, referidas
al perfil de titulación y las segundas son más concretas y se vinculan a
ámbitos específicos del conocimiento. Las
competencias que el profesor debe desarrollar para el trabajo en entornos
virtuales deben incluir el diseño de la
interactividad tecnológica (valorar la incorporación de las TIC en la
enseñanza y la valoración de buenos aprendizajes, conocer las herramientas
disponibles e informarse de cada propuesta), diseño de la interactividad pedagógica (diseñar propuestas de
aprendizaje que promuevan la construcción significativa del conocimiento,
actividades de tipología variada y actividades de evaluación y consulta para
guiar el aprendizaje eficaz) y el uso
tecnopedagógico (responder a las
necesidades de aprendizaje significativo, potenciar la exploración activa y
selección de información, discernir, gestionar sus tiempos y ritmos de
aprendizaje, dar uso relevante al material, establecer pautas de comunicación y
contribuir al aprendizaje colaborativo).
Finalmente concluyen que en la nueva sociedad de la
información, el aprendizaje y el conocimiento, el rol más importante del profesor
en entornos virtuales es el de mediador, entendido como el de alguien que proporciona
ayudas educativas ajustadas a la actividad constructiva del alumno utilizando
para ello las TIC.
Análisis crítico
El texto ofrece variadas competencias que el profesor debe
desarrollar en su intercambio con la tecnología partiendo de situaciones
básicas, como ser el conocimiento de las herramientas y recursos disponibles y
su aplicación en el proceso de enseñanza, concientizando acerca de la
importancia de su adecuada y pertinente utilización en el desarrollo y
promoción de correctos aprendizajes.
El abordaje de la información se realiza bajo un claro
formato comunicacional, ya que es comprensible para el lector, sin embargo
puede resultar algo compleja la detallada sub-descripción que se produce sobre
los puntos centrales y algo repetitiva la información que menciona pero que
debe entenderse como los puntos enfáticos a considerar en la construcción de un
rol docente competente para los entornos virtuales. Se identifican los roles y
funciones de la educación en la actualidad centrándose específicamente en la
función docente para acompañar un camino innovador como lo es la educación
virtual. Sitúa al profesor en un rol de moderador y guía otorgándole
protagonismo a los alumnos, siendo los mismos los constructores de sus propios
aprendizajes, pero para que los mismos resulten efectivos, es fundamental que
la intervención docente sea adecuada en todas las dimensiones que los autores
señalan: pedagógica, afectiva, técnica, etc.
El texto resulta relevante para los tiempos que estamos
atravesando en los cuales la situación de cuarentena condujo al aislamiento
preventivo social y obligatorio (aspo) adoptando la educación virtual un rol
central en la seguridad de la continuidad pedagógica de los estudiantes de
todos los niveles educativos. De esta manera, los profesores se vieron
obligados a reemplazar recursos y metodologías tradicionales por el uso de
herramientas tecnológicas, interpelando así la función de la educación y la
eficacia de los formatos escolares hegemónicos en el logro del aprendizaje
autónomo y el desarrollo del sujeto crítico.